La misma imagen en el espejo, una o dos arrugas más, las ojeras algo más marcadas y los kilos que faltan se han perdido en noches de desvelo.
Ha estado desarmando sueños que otros ya han plasmado, redireccionando las calles de la locura y la razón, notando que tienen una linea muy delgada.
Vive mezclando sentidos inertes con emociones que queman, una tras otra van saliendo las ideas de una mente en desarrollo, uno a uno se van perfilando los planos de acción, con reacciones inmediatas.
Un par de audifonos siempre funcionando, a modo de combustible para desarrollar la exentricidad característica en su creación, que avanza ultimamente a velocvidades desmedidas.
La vibración estimula esas zapatillas desgastadas que recorren lo que ya es rutina, y que desemboca en una cirugía de giros desmedidos, que se repite día tras día, intentando formar y deformar aquel abismo en contra-picada.
Decifrando colores se ha encontrado con que las vias confluyen, que la verdad absoluta no existre y que el delirio es solo suyo y de otros pocos.
Seguramente se dió cuenta en un sueño, de esos que ya ha plasmado, uno que será luego desarmado por otro, en la misma búsqueda de sentido.